I was asked to translate the post a A Visit to Niagara . So this version is in spanish.

Nos encanta ir a Canadá. Es un país que disfrutamos mucho cada vez que lo visitamos. Alberta y B.C. son nuestras provincias favoritas! Los paisajes que ofrecen, para nosotros, son impresionantes. Nunca dejamos de asombrarnos ante tanta belleza natural.

La memoria que comparto aquí pertenece a la provincia de Ontario. El día que visitamos las Cataratas del Niágara.

Niágara era un destino al que deseábamos ir desde hace mucho tiempo, pero por una razón u otra siempre terminábamos eligiendo otros lugares.

La oportunidad de ir llegó cuando decidimos ir al Gran Premio de Canadá. (Nos encanta la F1, pero eso es otra historia). Durante la etapa de planeación, por curiosidad, revisé en Google maps cual era la distancia entre Toronto y Montreal. “¡Sólo 540 km!” Le dije a Papá, “¿Te animarías?” Inmediatamente me dijo: “¿Por qué no, y tal vez podemos visitar Ottawa también, que al cabo nos queda de pasada”. ¡Por supuesto yo estaba más que feliz con esa decisión! ¡Por fin íbamos a conocer Niágara!

Realmente no sé por qué estoy contando esta historia al revés, ya que nuestro viaje comenzó en Montreal. Supongo que la memoria funciona así, empiezas recordando un evento y el resto de los recuerdos simplemente fluyen de forma natural, muchas veces sin un orden específico …

En nuestro itinerario de ese día, además de las cataratas, incluimos también Niagara on the Lake. Una pequeña ciudad encantadora situada cerca del Río Niágara y famosa por sus viñedos. Una buena amiga nos la recomendó y le estamos muy agradecidos por su sugerencia. Este pueblo es realmente tranquilo y definitivamente te sientes relajado al estar turisteando por ahí. ¡Además es simplemente hermoso!

Buscamos estacionamiento a dos cuadras de la calle principal. En lo que nos bajamos de la camioneta, para cuando nos dimos cuenta Papá y yo, los niños ya estaban jugando en los jardines al otro lado de la calle con algunos columpios y resbaladeros. Lo recuerdo tan bien, estaban extasiados subiéndose y corriendo por todos lados! Como si nunca hubieran jugado en sus vidas. A veces eso sucede, se emocionan con cosas tan triviales y simples. ¡Me encanta! Así que papá y yo nos quedamos allí un rato, sólo viendo. No queríamos arruinar su diversión.

Después de un rato nos fuimos del parque y caminamos hacia a la calle principal. El paisaje y los alrededores del pueblo son realmente hermosos. Elegantes edificios y casas bordean las calles y hay árboles y flores por doquier. La paz y tranquilidad que se siente cuando paseas por ahí es envidiable.

Después de recorrer varias calles fuimos a comer a un restaurante griego llamado Fournos. Nos sentaron afuera en un pequeño patio, había un ambiente agradable, aunque la comida era bastante promedio la verdad.

¡Llegó la hora de ir a las cataratas! ¡Estábamos todos emocionados! Finalmente íbamos a verlas. Las famosas Niagara, una combinación de cascadas ubicadas entre la provincia de Ontario y el estado de Nueva York!

Esto es lo que recuerdo … Abrí la puerta de la camioneta y el sonido … ¡Ese poderoso sonido del agua cayendo … fuerte y ensordecedor! Y digo esto sabiendo que si algún día llegara a regresar y escuchara de nuevo ese rugido del agua quedaría otra vez totalmente asombrada.

La vista era espectacular! Todos estábamos súper contentos de estar ahí. Después de unos minutos de contemplar esta maravilla comencé a entrar un poco en pánico. Mis pensamientos fueron: niños, poderosas cascadas, un simple barandal… Así que papá y yo le recordamos a los niños que tuvieran mucho cuidado. Que por favor no se recargaran demasiado pues podía pasar un accidente y se podrían resbalar. Ya para ese entonces mi mente había fabricado una tragedia. Gracias a Dios la imaginación y la realidad son dos cosas diferentes!

Nos subimos al tour del barco Maid of the Mist. Y como el nombre del barco correctamente lo describe, nuestra experiencia fue muy neblinosa y regresamos todos mojados! Nos pusimos nuestros ponchos, nos subimos al barco y nos acercamos lo más posible a las cataratas. En nuestro encuentro cercano pudimos disfrutar el impresionante y poderoso sonido del agua cayendo, las magníficas vistas, los fuertes vientos y el rocío de la neblina sobre nuestras caras. Personalmente, me encantó!!

Después de esta experiencia nos pasamos a las tiendas que estaban cerca de donde te subían y bajaban a los barcos. Le compramos a mi hija un snow globe para su colección. Era hora de que los niños cenaran, aun que fuera relativamente temprano, para poder ya despedirnos del paisaje y regresar a Mississauga.

Ver el atardecer fue algo espectacular, y ya entrando la noche, la vista se volvió aún más impresionante. Niagara se iluminó completamente con distintas tonalidades de luces, se veía precioso.

Después del show de fuegos artificiales nos fuimos. E y P ya venían medio dormidos. Ya de regreso, en el silencio de la camioneta, Papá y yo compartimos nuestras impresiones del día…

Padrísimos los recuerdos que acumulamos en Niagara.